sábado, 6 de diciembre de 2014

Besos frente a agresiones

Muchas personas LGTB hemos sufrido miedo, vergüenza, humillaciones, rechazo, violencia física y psicológica por el único delito de vivir nuestro amor tal como somos. Baste como ejemplo  la agresión sufrida por una pareja gay a manos de un grupo de jóvenes de estética neonazi en los alrededores del Templo de Debod, en pleno centro de Madrid, hace una semana. El más joven acabó en el hospital por la paliza recibida. Como respuesta se ha convocado una “besada” (concentración para besarse en público) en el mismo lugar de la agresión.

Besos frente a golpes e insultos. Signos de amor frente a signos de odio. Puede que haya quien juzgue estos besos como indecentes y obscenos. Lo que sí es obscena es la complicidad moral o ideológica con estos ataques a nuestra libertad y a nuestra integridad física. Venga de quien venga. Es una canallada asquerosa y reprobable insinuar que “ellos se lo habrán buscado”. El delito de estos dos chicos, como el de otras muchas personas, es compartir su amor y su cariño besándose, abrazándose o cogiéndose de la mano. Otros muchos no se atreven por miedo al qué dirán o a ser agredidos verbal o físicamente.

Sería bueno que los portavoces de colectivos espirituales se esforzaran más en reconocer y defender los derechos y la dignidad de las personas LGTB. Las declaraciones esporádicas de algunos obispos, que han descalificado e insultado nuestro amor y nuestra afectividad, no responden ni a la caridad evangélica ni al mínimo respeto exigible en una sociedad libre y democrática. Los grupos fundamentalistas que nos desprecian y nos rechazan harían bien en practicar el “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

Como hemos dicho anteriormente, defendemos nuestros derechos y los de otras personas a vivir digna y libremente como somos. Afrontamos la incomprensión, los prejuicios, las ofensas, las burlas, el rechazo y la condena. También lo hacemos por quienes no pueden o no se atreven. Reclamamos de los responsables de la Administración medidas urgentes y eficaces para garantizar nuestra seguridad. Las personas LGTB no somos las enfermas ni las violentas. Es necesaria la condena de estos actos de odio y la tolerancia cero con quienes los promueven.

Por Chema Muñoz en Revista 21

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