Hay cosas en la
vida que nos obligan a ser coherentes con nuestra fe y nuestras
convicciones. Las matanzas de París y otros lugares remueven nuestros
sentimientos. Las redes sociales precipitan reacciones y tomas de
postura. Pero es momento de discernir. No sé mejorar a este respecto las
palabras de José Luis Serrano:
“Estoy fascinado con las discusiones de facebook sobre la hipocresía,
las banderas y hasta el hambre en el mundo. Me parece absolutamente
lógico que la gente se sienta más cercana a París que a Siria, pero hay
que entender también que hay personas que sufren igualmente por un
bombardeo en Irak que por un atentado en Madrid. Y que cada uno es libre
de condenar, de solidarizarse, de callar y sobre todo de equivocarse,
de cambiar de opinión e incluso de ser incoherente.
Me asusta el furibundo ataque contra
la religión como causante de todos los males del mundo, cuando yo mismo,
mi familia, todas las personas creyentes que conozco, lo malo que hemos
hecho ha sido no ayudar a todo el mundo todo el tiempo. Por no decir
que cuando una persona mata a otra ya no es religioso, por definición.
No sé cuál es la solución pero lo que me perturba especialmente es
ese “ellos” y “nosotros” del que se habla en todas partes. Porque no sé
quiénes son “ellos” ni quiénes somos “nosotros”. Al menos, yo no me veo.
Yo no cogería un kalashnikov y dispararía a nadie (mucho menos
indefenso), ni haría estallar un cinturón de explosivos, pero tampoco
bombardearía Siria ni Irak por mucha legalidad internacional que me
amparara. Yo no dispararía pelotas de goma a personas que se están
ahogando, ni le pegaría una patada a un hombre que huye con su hijo. Me
resulta complicado sentirme recogido en ese “ataque contra el modo de
vida occidental”, puesto que los asesinados diariamente en Siria e Irak
no están siendo atacados por eso. Yo no insultaría a un musulmán por el
hecho de serlo ni derribaría ninguna mezquita.
Yo creo que sí hay un “ellos” y un “nosotros”, pero no es ése que nos
intentan vender. Yo no estoy con Le Pen, ni con Hollande, ni lo estuve
con Blair ni con Aznar. Si éstos son “nosotros” yo no soy “nosotros”. Si
un refugiado sirio es “ellos” yo soy “ellos”. Y condeno, desde lo más
profundo de mi corazón, los ataques terroristas en todas partes y los
bombardeos (terroristas también)…”
Mi solidaridad con todas las víctimas del fanatismo, la política
inhumana y los poderes económicos, sean del país y la fe que sean. Mi
condena y repulsa para los asesinos , los sucios
intereses internacionales y los que impiden o retrasan la acogida de
nuestros hermanos y hermanas refugiados (¡ah, y para quienes los apoyan
con su voto!).
Por Chema Muñoz en Revista 21
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